Te preguntas … ¿quién eres?

¿Realmente te ves a ti misma?

A menudo nos atribuimos defectos y ponemos malas caras cuando nos miramos en el espejo.

Y, sin embargo, me he dado cuenta de que viendo a las mujeres reflejándose a sí mismas, rara vez se ven a sí mismas.

Parece que la imagen del espejo se percibe a través del filtro de muchos prejuicios sobre el cuerpo de la mujer, como una imagen deformada por los muchos estándares de belleza, impuestos por la sociedad y la cultura, que se han promovido a lo largo de la historia.

Muy a menudo, somos los críticos más duros de nuestro propio ser. Esta búsqueda en el espejo de los defectos, nos muestran a menudo defectos imaginarios, nos separa de la realidad y de nosotras mismas. Nos inhibe, nos hace perder la autoconfianza, nuestro poder de fascinar y nos hace olvidar incluso que somos mujeres.

En lugar de caminar con autoconfianza en la vida, andar seductoramente, dar sonrisas y encantar a los demás, siendo siempre enamoradas de la belleza que hay en nosotras, nos encogemos de hombros, doblamos la espalda, nos escondemos bajo demasiado maquillaje o, por lo contrario, nos damos por vencidas completamente al resaltar nuestros rasgos femeninos con coquetería.

Con demasiada frecuencia las mujeres terminan pasando la vida entre el trabajo y la cocina, demasiado pronto pierden el deseo y la alegría de bailar. Demasiadas mujeres jóvenes exageran por el deseo de ser “cool” y demasiadas mujeres maduras olvidan de la alegría de manifestar la sensualidad, de ser no solo esposas, buenas empleadas, y madres, sino también diosas, bailarinas, mujeres fascinantes para el hombre amado. Demasiadas mujeres niegan el placer, muchas se niegan a ellas mismas.

Descúbrete tal como eres.

Mírate en el espejo. Mírate. ¿De dónde vienes? ¿Por qué existes? ¿Qué es único e irrepetible en ti? ¿Qué puedes dar? ¿Para qué estás aquí? ¿Cómo estás realmente? ¿Para qué has sido creada? Ciertamente, no para arrojar dudas sobre ti misma. Ni para criticar a los demás ni a ti misma. Ni para aceptar todo tipo de malas opiniones inventadas por mentes no tan iluminadas.

Mírate en el espejo. Mírate como si tu alma gemela estuviera mirándote, mírate con los ojos de quién te ama. Deja que tu cuerpo te diga cómo puedes dar y recibir amor a través de él, a través de todo lo que es. Abandona tus dudas. Olvida las preocupaciones y comienza a vivir! Deja atrás cada pensamiento feo, y mírate con ojos llenos de amor. Imagínate a ti misma bailando frente a tu amado. Imagina que eres adorada con flores. Imagínate embellecida con perlas y miles de piedras preciosas. ¡Imagina, al menos por unos momentos, que TÚ ERES LA MUJER MÁS ATRACTIVA, CARIÑOSA Y FASCINANTE DE LA TIERRA!

Imagínate que tu corazón es un vasto espacio, donde todas las personas a las que amas están inundadas de amor. ¡Explota con amor! Luego mírate de nuevo, desde esta perspectiva, fascinante y maravillosa, que es como TÚ REALMENTE ERES.

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