La vanidad es un sentimiento muy camaleónico que se caracteriza por expresarse en una necesidad más o menos discreta de ser importante o reconocido para determinadas personas o situaciones concretas. Normalmente viene con comparaciones con los demás y con ciertas formas de competitividad o “deseo de ser mejor que el otro”.
En el contexto de la relación de pareja es uno de los venenos más destructivos que pueden aparecer en la relación ya que al igual que los celos, se retroalimentan entre los miembros de la pareja. Es decir, la vanidad de uno incita e incendia la del otro y viceversa.
La vanidad como tal, puede aparecer por múltiples razones, pero comúnmente se relaciona con el sentimiento de no ser lo suficientemente bueno/a para el otro/a o no estar a la altura, por falta de autoconfianza (y por consiguiente falta de confianza en la pareja al dar por sentado él o ella te va a juzgar de acuerdo a tus criterios) y por la supuesta falta de éxitos personales de cualquier tipo que muy probablemente a la otra persona no lo importe en absoluto o al menos no de una forma tan dramática.
Por estos motivos se activa la vanidad que implica siempre renunciar al amor hacia la persona amada como también a recibir el amor de esta. Los delicados y a veces muy sutiles juegos de poder que se desprenden de la vanidad son altamente destructivos haciéndonos olvidar a veces por completo del amor dado y recibido de la persona amada sustituyéndolos de forma estúpida por fantasías e imaginaciones aberrantes que han deformado enormemente la realidad.
Al ser la vanidad, al igual que los celos, un sentimiento muy contagioso, es muy necesario, cuando enfrentamos esta situación estar altamente atentos, muy lúcidos y objetivos para impedir que la vanidad (con sus fantasías, sospechas, prepotencias y juicios) de la otra persona active la nuestra en un acto de supuesta defensa (que no se justifica en absoluto). La objetividad es clave en estas situaciones al igual que un corazón puro y lleno de amor. Como las tormentas generadas por la vanidad de un miembro de la pareja activan de forma inmediata estados simulares en la otra persona (si se trata de una persona común sin la necesaria atención y lucidez) vamos a hacer lo posible para vencer estos estados venenosos.
Instructor de Tantra Gupta Vidya
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