Misterios de la Meditación

El material que sigue es una síntesis de las enseñanzas tradicionales sobre la meditación. Sin constituir una técnica de meditación, establece las reglas generales que se deben seguir para entrar en estado de meditación.

Mucha gente puede practicar exitosamente por ejemplo aerobic o culturismo sin saber nada sobre la anatomía humana o aún sin entender casi nada sobre lo que hacen o por qué. Lamentablemente (o tal vez afortunadamente), la situación es totalmente diferente con el YOGA y la meditación.

Sin conocer exactamente la naturaleza de este proceso, es imposible realizarlo correctamente y por consiguiente no se puede lograr una meditación verdadera. Se considera que la meditación es la más elevada práctica YOGA, pero esto no significa que es también la más difícil. De hecho, muy poca gente puede meditar verdaderamente, y esto pasa por dos razones principales:

Muy poca gente sabe exactamente que es la meditación; Aún menos logran tener la motivación para realizarla. No toda la gente que se queda inmóvil y con los ojos cerrados está meditando.

La meditación es una ciencia genuina y por consiguiente no puede ser practicada mientras mantenemos una total ignorancia al respecto. Solo los que la estudian con una motivación interna realmente seria pueden practicarla exitosamente.

Debemos entender que la meditación, especialmente durante los primeros niveles, debe tener un objetivo. Sin un objetivo sobre el cual se medita, no existe la meditación. El más simple objetivo para meditar es un objeto físico (por ejemplo un cristal, un dibujo, una pelota, etc.).

En los estados más avanzados, los objetivos de la meditación se vuelven más y más sutiles como por ejemplo: Imágenes mentales creadas según la voluntad, una información, un problema que necesita solución, una percepción, un pensamiento, una idea, una energía sutil, un estado de conciencia, etc. En el material que sigue, la palabra «objetivo» u «objeto» de la meditación se refiere a cualquiera de los anteriormente mencionados.

Algo muy importante en esta fase es que el objetivo de la meditación siempre debe estar claramente percibido por quien medita. Con otras palabras, el objetivo de la meditación debe tener una clara realidad objetiva o subjetiva. Una idea definida vagamente no puede tener la función de objetivo de la meditación. El sujeto (el practicante de la meditación) debe ser capaz de enfocarse con firmeza al mínimo en una de las características principales del objetivo de la meditación, sino en todas ellas.


Los niveles relacionados con la meditación son:

– DHARANA – La concentración que permite a la mente enfocarse con firmeza en un objetivo, rechazando los demás pensamientos o preocupaciones;

– DYANA – La meditación propiamente dicha, por medio de la cual el practicante se identifica progresivamente con el objetivo, profundizando así dicho proceso;

– SAMADHI – El estado beatífico, estático que genera la identificación completa con el objetivo;

– SAMYAMA – La identificación completa de la conciencia del practicante con el objetivo de la meditación. En los estados avanzados de práctica, la identificación se puede realizar aún con cualquier aspecto de la vida diaria, lo que permite a la vez, tanto meditar casi permanentemente como mantenerse igualmente en un estado de beatitud casi permanente.

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